Add parallel Print Page Options

En manos del SEÑOR,
    Babilonia era una copa de oro
    que emborrachaba a todo el mundo.
Las naciones se enloquecieron
    porque bebieron de su vino.
Pero Babilonia caerá de repente
    y quedará hecha pedazos.
    Lloren por ella.
Traigan bálsamo para su dolor,
    tal vez se cure.

»“Intentamos curarla,
    pero no ha sanado.
Abandonémosla y vuelva cada uno a su tierra
    porque su castigo ha llegado hasta los cielos,
    se elevó hasta las nubes”.

Read full chapter